Hoy toca un artículo #OFFTOPIC para retomar la vieja costumbre de hablar de abogados de la ficción. En este caso de Annalise Keating, la contradictoria y vehemente abogada y profesora de Derecho Penal interpretada por Viola Davis.
La serie parte de una premisa interesante: varios estudiantes de Derecho reciben el “premio” de ser escogidos por Keating para ayudarla en su bufete. Pronto se verán inmersos en la vorágine de la vida personal de su mentora, inseparable de su actividad profesional, y de su expeditiva forma de afrontar los casos, dado que para ella la victoria justifica cualquier acción.
El desarrollo de la trama no renuncia al esquema “caso del día”, pero va más allá implicando a todos y cada uno de los protagonistas en un hilo argumental propio que se desarrolla durante las (hasta ahora dos) temporadas en un carrusel de flashback, flashforward, pistas a medias y giros constantes para sorprender al espectador.
No se puede decir que sea un tratamiento realista, aunque los abogados reconoceremos situaciones del ejercicio profesional, dado que todo está supeditado al thriller con elementos de comedia y a la sorpresa constante para que nada sea lo que parece. Una apuesta arriesgada que podía resultar inverosímil si no fuera porque se apoya en actuaciones muy solventes del elenco de actores y muy especialmente actrices. Aunque la mayoría de personajes son unidimensionales, Viola Davis construye a una Annalise Keating compleja, rayana en lo bipolar, en la que conviven el egocentrismo con la falta de autoestima. Hay también otros secundarios notables.
En definitiva una serie que, pese a su relato hiperbólico (o ¿por qué no decirlo? Precisamente por él), hace disfrutar capítulo a capítulo.