La cuestión de la seguridad del uso de WhatsApp en las conversaciones abogado-cliente es uno de los trending topics de la red. Al tratarse de una herramienta tan accesible y utilizada, la tentación de incorporarla al conjunto de recursos tecnológicos del letrado es muy grande. Como en otros casos, la cuestión fundamental es conocer en profundidad cuáles son las condiciones legales y técnicas de la plataforma para saber cuáles pueden ser sus usos y sus límites.
En fechas recientes el Colegio de Abogados de Málaga ha denunciado ante sus miembros «los inconvenientes que representa el uso de la aplicación de mensajería multiplafatorma WhatsApp, especialmente en la relación entre letrado y cliente». El Colegio de Abogados de Sabadell ha sido el que más lejos ha llegado en la investigación legal de los límites de esta aplicación. Así, la agrupación de Jóvenes Abogados de Sabadell decidió plantear una consulta formal ante la Autoridad Catalana de Protección de Datos (APDCAT) para que ésta se pronunciase sobre los riesgos que supone el uso de la aplicación WhatsApp en el ámbito profesional de las relaciones entre el abogado y el cliente. Sus conclusiones ponen de manifiesto «la existencia de diversas vulnerabilidades en la aplicación respecto de la normativa de protección de datos que podrían poner en evidencia las conversaciones de los abogados con sus clientes».
Riesgos y sanción para abogados
Los abogados, al igual que otros colectivos profesionales, tratan datos sensibles que pueden incluir datos de salud o datos relativos a la comisión de infracciones administrativas o penales. En la medida en que la normativa requiere la incorporación de determinadas medidas de seguridad al tratar estos datos, el abogado deberá verificar que los medios que utiliza para intercambiar información con sus clientes son seguros. El abogado que use medios de comunicación no segura se arriesga a sanciones que pueden llegar a 300.000 euros en los casos más graves.
Elementos clave en las condiciones de Whatsapp
- WhatsApp puede cambiar las condiciones cuando quiera, el usuario es responsable de revisarlas periódicamente para ver si hay cambios y decidir si continúa utilizando el servicio o no.
- WhatsApp no garantiza la confidencialidad de conversaciones y contenidos intercambiados en su servicio.
- WhatsApp no borra conversaciones, sólo las oculta.
- A WhatsApp no le enviamos sólo nuestro teléfono, sino nuestra agenda completa. Y no sólo recibe los números de nuestra agenda, sino la información completa de cada tarjeta de contacto: nombre y apellidos, correo electrónico, etc.
- Cualquier daño ocasionado por el contenido enviado es responsabilidad exclusiva del usuario.
- WhatsApp puede revocar estas condiciones cuando estime oportuno.
- Cualquier incidente que nos ocurra con WhatsApp tiene un plazo de un año para denunciarse.
(Resumen extraído del blog Celularis)
A todo esto hay que añadir, además, las vulnerabilidades técnicas de la plataforma, cuya seguridad, cifrado y protección contra virus y malware no son todo lo robustas que cabría desear en una aplicación de telecomunicaciones.
Consejos para el uso de WhatsApp
A priori yo daría dos consejos que pueden permitir un cierto uso de la plataforma sin comprometer el necesario celo de los datos personales que debe tener un abogado:
1. El primero es de elemental sentido común, que es restringir el uso de WhatsApp a situaciones y mensajes que no incluyan información sensible. Por ejemplo no habría gran problema en usarlo para cambiar la hora de una cita o comunicar que se va a llegar tarde a una reunión. Pero en ningún caso debería de usarse para comentar el contenido de una sentencia, resolución, o contrato, en plan «Sr. Fernández, acaba de llegar resolución y le ha sido concedida la invalidez, le corresponde una pensión de…».
2. El segundo es una recomendación de la propia Autoridad de Protección de Datos de Cataluña: que el abogado atribuya pseudónimos a sus contactos, lo que operará como una medida de protección contra todo uso indebido de la verdadera identidad de sus clientes. Bastaría cualquier nombre ficticio, código, o cualquier otro signo que se no sean su nombre ni apellidos reales. No obstante, dicha medida no evitará el «chequeo» que realiza WhatsApp en todos los contactos de la agenda del abogado.
Estas precauciones no atañen sólo a abogados, sino a todos aquellos profesionales que tienen una especial obligación de confidencialidad y protección de datos en el desempeño de su función: médicos, psicólogos, educadores, asesores, etc.